Presentación

jueves, 9 de mayo de 2013

Yo soy Graciano García Gorrionero, esposo de Antonia Genicio, en un matrimonio de 54 años en los que hubo para toda clase de datalles; mucho bueno, bastante regular y no mucho malo. Pero todo fue llevadero, unas veces con alegría y otras con pena pero todo con paciencia y buen humor.
Aquí os voy a contar algunas de las "peripecias" que trae esta enfermedad desde el día que empieza a manifestarse. Lo primero para cuidar es mentalizarse de que vas a ser el único cuidador al principio, por lo menos hasta que los hijos se dan cuenta y comienzan a echarte una mano. Lo que tienes por delante va a ser muy duro y no sólo para un día, yo llevo cuidando a mi esposa 7 años. En este tiempo he cogido mucha experiencia que espero sirva para otros.

Pequeños trucos

Cuando tenemos a nuestro cargo a personas con alguna enfermedad neurodegenerativa, surgen muchos conflictos que hay que resolver improvisando; cada uno tenemos nuestros propios recursos, no todas las personas somos iguales y lo que funciona con una puede convertirse en desastre con otra.
Por ejemplo, el otro día, una de nosotras comentaba que el familiar que tiene a su cargo se despertó por la noche y empezó a llamarla, al acudir para ver que ocurría y comprobar que simplemente era desvelo recurrió a algo que, conociendo a su familiar, intuía no podía fallar:
- mira, - le dijo - es una pena que estés dando vueltas intentando dormir, tengo ropa para coser y planchar, podías levantarte y ayudarme.
A esta proposición, el familiar respondió:
- no, será mejor que me quede aquí a ver si cojo el sueño.
Salió de la habitación dejando la luz encendida, porque sabe que la oscuridad la desconcierta, y no volvió a escucharla hasta la mañana siguiente. Esta vez, había dado con la solución.
No siempre se trata de resolver conflictos, también hay que saber entretenerles y no es nada fácil puesto que muy pronto cansan de cualquier actividad. Algo que suele funcionar con la mayoría, es cantar. Yo misma, echo mano de este recurso casi a diario y no creáis que el repertorio es amplio pero podemos repetir canciones sin ningún problema, asimismo, cuando quiero desviar la atención por algún enfado, comienzo, poco a poco, a entonar algún tema que le guste especialmente hasta que logro que se incorpore, y lo que empezó como pataleta, acaba con música, baile y risas.
A otras personas les funciona ponerse con ellos a colorear o que les vayan pasando las pinturas y les digan que color necesitan en cada momento, mientras ellos colorean. 
Ante situaciones de enojo o repetitivas, es mejor desviar la atención hacia otro tema que les guste; podemos encomendarles tareas que, aunque no tengan sentido, van a mantenerlos activos durante un tiempo.
 Al principio de la enfermedad, nos resulta mucho más difícil por falta de entrenamiento, pero con el tiempo, nos convertimos en verdaderos expertos y, aunque podemos fallar, solemos salir victoriosos, lo cual, no deja de ser un estímulo.
En definitiva, es cuestión de ir probando y, conociendo un poco las debilidades y gustos de nuestros dependientes, seguro que todos encontramos ese truco infalible que nos ayudará a que todo sea más llevadero.