Palabras de memoria

viernes, 28 de junio de 2013
"Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos", escribía Borges. Pero, ¿qué pasa cuando esa memoria comienza a desvanecerse poco a poco y nos convierte en poco más que un reflejo de lo que fuimos? ¿Quién se encarga entonces de encajar los trozos del espejo, de guiarnos entre las sombras del olvido?¿Cómo repercute en nuestro entorno, en esa persona querida que permanece a nuestro lado con voluntad de hierro luchando contra la enfermedad?

Este blog es un espacio donde pretendemos dar respuesta a estas y otras muchas preguntas, donde esperamos que encontréis abrigo, consuelo, empatía, conocimiento y, sobre todo, donde cobren protagonismo las batallas cotidianas con las que muchas familias lidian día a día con tesón.
«De repente, un día no recordaba los ingredientes de aquella receta mil veces preparada, con cuyo olor despertaba el estómago de las vecinas en cuanto abría la puerta. Poco a poco, su mente se fue cubriendo de pequeños charquitos, lagunas blancas en las que se ahogaban las palabras que buscaba con esfuerzo, las rutinas que dejaba sin cumplir, los rostros que le costaba demasiado reconocer. Y, casi sin darse cuenta, la memoria se le fue yendo de puntillas, dejando su mente en una sombra de olvidos.Y cuando fue poco a poco olvidando los nombres de todo lo que conocía y olvidó incluso los cuentos con los que dormía a sus nietas en las noches de invierno, sólo le quedó para agarrarse aquella mano que apretaba la suya con afecto sincero. Y de algún modo supo, de manera inconsciente, que siempre tendría a alguien que velara su memoria.»

Elisabet Felgueroso López